Triste de sombras
y rojos lamentos.
Ahora nos encontramos,
yo moribundo,
y tú sobre mí entre paredes caídas.
Aquí nos vemos con estos ojos míos:
muertos. Armados a parchos tejidos.
Tejidos con mi vivir; aquellos pasos que di
Que dejaron cárceles y lamentos
y me ahogan en sueños.
Aquí se caen los pilares de esta habitación
y llego a verte como mil sombras de mil recuerdos.
Como este sordo murmullo que nos despertó.
Para derrumbarnos.
Para desterrarnos
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